El cliente debe acondicionar y franquear con sellos sus envíos correctamente, después los depositará en algún buzón de la red postal. Los envíos que se pueden depositar en buzones son los no registrados ni sujetos a condiciones especiales de número mínimo de objetos u otras restricciones que requieran comprobación previa: cartas y tarjetas postales ordinarias y cartas urgentes ordinarias.
La recogida de los buzones se llevará a cabo todos los días laborables (tantas veces como sea necesario cada día). Con carácter general, la hora final de recogida es:
Correos controla el horario de recogida mediante lectores ópticos de los códigos de barras de los buzones, a través del programa MARABU 2, con este sistema informático se obtiene información de la hora exacta de recogida de cada buzón, y de la llegada de dichos envíos al Centro de Tratamiento Automatizado. El responsable de la recogida de buzones realiza una ruta de buzones en la que cambia la saca llena del buzón por una vacía leyendo el código de barras del buzón y de la saca que coloca en este, al terminar la ruta entrega la correspondencia en el centro de tratamiento.
La última recogida se llevará a cabo inmediatamente después de la hora de compromiso establecida por el Centro Directiva (hora que figurará expuesta en el buzón para información de los usuarios). Nunca se realizará la última recogida antes de esa hora.
Cuando se detecten envíos urgentes correctamente franqueados en los buzones, se acondicionarán adhiriéndoles la parte izquierda de la etiqueta preimpresa de carta urgente (la parte derecha de la etiqueta que pertenece al remitente se destruirá). Después, el envío se cursará con carácter urgente.
La correspondencia recogida en buzones no se matasella ni se clasifica en la unidad de origen, tampoco se contabiliza a efectos estadísticos, sino que se traslada directamente al CTA de referencia para su matasellado y tratamiento.